Tabaco para el puma - Juan Hernández Luna



«Desde que Kafka es el santo patrono de este puto país, todo puede suceder.»

Tabaco para el puma fue la segunda novela policiaca que leí (hace poco más de siete años) y debo admitir que vino a mejorar la imagen que tenía yo de este subgénero literario. Más allá de la fascinante estructuración de la novela y la genial concatenación de las numerosas historias que logra el autor, lo que esta novela aporta al lector es personajes realmente inolvidables, al igual que sus historias particulares. Así pues, más que una reseña de los acontecimientos, pretendo ahora hacer una breve semblanza de los tres personajes que más me han gustado de esta obra (no fue tarea fácil elegir sólo tres, debo admitir).

El mago Aguirre. Mago en decadencia cuya mayor obsesión es la ejecución de un truco que lo haga permanecer en la memoria de los poblanos. Su sueño es desaparecer, no sólo como un acto de magia, sino, realmente, de-sa-pa-re-cer. Durante su juventud, siempre estuvo en el lugar y el momento equivocados, como cuando llegó a las comunas gringas jipitecas justo en el momento en que los jipis regresaban a las comodidades de sus respectivos nichos familiares, hastiados ya de tanto sexo y ácido.

Barrabás. Hombrecillo de baja estatura y moral dudosa. Cantinero de profesión y aficionado al dominó. Con peculiar acento gachupín y un mechón de cabello blanco que le cae sobre la cara. Dedica su tiempo libre a cumplir con sus deberes como la Mano Furtiva, burlando y mancillando la honra de cuanta fémina se le ponga enfrente.

Sahuayo. Matón bonachón que cuenta con las mismas propiedades que la humedad, se mete en todas partes; su trabajo de día consiste en atender su carnicería y, sólo bajo pedido especial, la elaboración de carnitas al auténtico estilo Michoacán. Lo que se necesite, él lo tiene: tigres amaestrados que responden a órdenes codificadas numeralmente, armas, chácharas para espionaje...

Por supuesto, la historia devela dolorosos hechos reales ocurridos bajo la administración salinista en México, concretamente, la expropiación de tierras a campesinos poblanos, un negocio en el que estuvieron involucradas las autoridades estatales y personalidades del sector privado. Además, se habla sobre las íntimas relaciones del narco con distintos niveles gubernamentales y acerca de la trata de personas, el secuestro de inmigrantes. Y, por si fuera poco, también se incluye la búsqueda de un tesoro.

En suma, los personajes, los temas y su tratamiento, las situaciones, el manejo del tiempo de un apartado a otro, la manera de hacer converger en una sola todas las historias que parecieran ser tan heterogéneas... Todo ello hace de esta novela una obra verdaderamente inolvidable, una de mis favoritas.

Comentarios

Entradas populares