De leísmos, laísmos y loísmos - - - Esos feítos vicios de uno y otro lado del Atlántatico

Antes de definir qué es leísmo, qué es laísmo y qué es loísmo, tal vez sea pertinente repasar dos temas de educación básica: el objeto o complemento directo y el objeto o complemento indirecto (viene al caso, en verdad que sí). Simplificando y muy coloquialmente, el objeto directo es el receptor inmediato de la acción (el verbo) que realiza el sujeto, en tanto que el objeto indirecto se ve involucrado de refilón en la acción.

Hagamos ahora las clasificaciones pertinentes con base en ejemplos:
  • María trajo chocolates para Irene (María le trajo chocolates a Irene). María: sujeto (¿quién realiza la acción?); traer: verbo/acción (¿qué hace el sujeto?); chocolates: objeto directo (¿qué es lo traído?); Irene: objeto indirecto (¿a quién fue traído?).
  • Inés dijo muchas cosas inadecuadas a sus sobrinos (Inés les dijo muchas cosas a sus sobrinos). Inés: sujeto; decir: verbo; muchas cosas inadecuadas: objeto directo (¿qué es lo dicho?); sus sobrinos: objeto indirecto (¿a quién fue dicho?).
  • Karla saludó cordialmente a su jefa esta mañana (Karla la saludó). Karla: sujeto; saludar: verbo; su jefa: objeto directo (¿quién es saludada?).
Entonces, tal como muy probablemente nos dijo a todos nuestra respectiva maestra de español en la primaria, existen algunas preguntas que son empleadas para clasificar los diferentes elementos de una oración. Por lo general, podremos identificar un objeto indirecto haciendo la pregunta ¿a quién?; para el objeto directo tenemos ¿qué/quién? Otra relación lógica que podríamos abstraer de los anteriores ejemplos es que utilizamos el pronombre personal átono le(s) cuando se trata de un objeto indirecto, en tanto que lo(s)/la(s) se usan con objetos indirectos.

Ahora bien, de acuerdo con el Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia Española de la Lengua: leísmo «Es el uso impropio de le(s) en función de complemento directo, en lugar de lo (para el masculino singular o neutro), los (para el masculino plural) y la(s) (para el femenino), que son las formas a las que corresponde etimológicamente ejercer esa función»; laísmo «Es el uso impropio de la(s) en función de complemento indirecto femenino, en lugar de le(s), que es la forma a la que corresponde etimológicamente ejercer esa función»; loísmo «Es el uso impropio de lo(s) en función de complemento indirecto masculino (de persona o de cosa) o neutro (cuando el antecedente es un pronombre neutro o toda una oración), en lugar de le(s), que es la forma a la que corresponde etimológicamente ejercer esa función».

Por ende:
✗ - - - Le invito a comer esta tarde, tía. / / / Le saludo cordialmente, jefe. / / / Le estimo mucho, padre.
- - - La invito a comer esta tarde, tía. / / / Lo saludo cordialmente, jefe. / / / Lo estimo mucho, padre.
✗ - - -  A Sofía ya la advirtieron que no venga. / / / ¿La diste acceso a Mónica! / / / Carlos la dijo a Leticia que no lo haría.
 - - - A Sofía ya le advirtieron que no venga. / / / ¿L diste acceso a Mónica! / / / Carlos le dijo a Leticia que no lo haría.
✗ - - - Los prendieron fuego. / / / Échalo un vistazo a mi nuevo artículo. / / / Los hicieron una gran fiesta de despedida.
 - - - Les prendieron fuego. / / / Échale un vistazo a mi nuevo artículo. / / / Les hicieron una gran fiesta de despedida.

Más ejemplos de usos correctos pueden ser consultados en «Uso de los pronombres lo(s), la(s), le(s). Leísmo, laísmo, loísmo».

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