«¿De qué estamos hechos [los chilangos]?»
El sábado 25 de noviembre de 2017 se
inauguró el foro Actividades del Gobierno de la Ciudad de México con la
conferencia «¿De qué estamos hechos?», en el marco de actividades de la Feria
Internacional del Libro de Guadalajara. De 19:30h a 20:50h, en el Salón 1 de
Expo Guadalajara, Héctor de Mauléon (periodista y escritor), Ricardo Raphael
(periodista, académico y escritor), Eduardo Vázquez (secretario de Cultura
capitalino) y Porfirio Muñoz (político perredista y comisionado para la Reforma
Política de la Ciudad de México) compartieron anécdotas, datos y opiniones
orientados a determinar la esencia de los habitantes de la capital de México.
Héctor
de Mauléon
La Ciudad de México es una zona sísmica y
de inundaciones cuyos ríos se convirtieron en «ríos de pavimento para su
majestad el automóvil». Registros de sismos ocurridos antes y durante la época
de la Colonia dan fe de que «la ciudad se construyó en un lugar donde no debió
haber sido construida», sobre un lecho fangoso que no estaba hecho para eso y
cuyos lagos (los del Valle de México, que fueron secados) servían para
disminuir los estragos causados por los sismos.
En este mismo sentido, durante la
historia reciente, destaca De Mauleón, el oriente de la ciudad (Iztapalapa,
Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco), que siempre ha albergado pobreza e
inseguridad, no debió ser construido. A lo largo de sus dos décadas en la
Jefatura de Gobierno de la capital, el Partido de la Revolución Democrática
(PRD) ha ejercido una política clientelar, misma que ha impedido que la ciudad
creciera de una forma bien planeada, «colonias crecieron donde no debían
haberlo hecho».
En su segunda participación, el periodista
recordó que se trata de una de las primeras ciudades en conquistar las calles,
un territorio que pertenece a los ciudadanos. Ahí donde en 1462 hubo hambre y
en 1722 no había agua, en 1929 se ganó la autonomía universitaria, gracias a
que médicos, ferrocarrileros y jóvenes (influenciados por la cultura
norteamericana, particularmente por figuras como James Dean) unieron fuerzas. La
juventud se convirtió en un ente, en sujeto y actor dentro de la sociedad capitalina. Dicho
empoderamiento por parte de los jóvenes propició la formación de numerosas tribus
urbanas y manifestaciones.
«Durante los desastres, el Gobierno está
tres pasos atrás de la ciudadanía, el ciudadano saca adelante a la ciudad»,
aclaró @hdemauleon. Desde los primeros sismos que ha experimentado la
capital, siempre se ha caracterizado por levantarse, por volver a ponerse de
pie; no obstante ser un territorio tutelado donde todo espacio tiene dueño,
donde incluso se cobra a los vendedores ambulantes por usar la banqueta, donde
el clientelismo impera y cobija enormes cantidades de dinero sin fiscalizar.
Ricardo
Raphael
De acuerdo con @ricardomraphael, los chilangos son «primero ciudadanos que
paisanos», habitan una ciudad con trayectoria que se constituye como un espejo
nacional y global donde convergen las diversas y contradictorias trayectorias de
sus pobladores; ciudad de contrastes donde es posible medir la globalidad:
esplendor y miserias. Entonces, para definir de qué está hecho un chilango, es
necesario partir de la biografía de quien emprende dicha tarea, retomar eventos
personales hace posible acercarse a tal definición.
El académico resaltó tres eventos
históricos emblemáticos de la Ciudad de México: la legalización del divorcio en
1929, el voto para la oposición en 1997 (cuando Cuauhtémoc Cárdenas fue elegido
como el primer jefe de Gobierno), la congruencia izquierdista de la capital a
pesar de la derechización del país en 2000 (cuando Vicente Fox fue electo
presidente de la nación).
En el espejo podemos ver, por una parte,
el respeto a la diversidad, los importantes avances en materia de derechos
humanos, que nos hace pensar en un futuro prometedor y a la vanguardia. Por
otro lado, en ese mismo espejo, vemos el fracaso de la globalidad: zonas
conurbadas donde son patentes la dificultad de vivir y la violencia contra las
mujeres (incluidos los altos índices de feminicidios). El espejo refleja las
asimetrías de la globalización. Más aún, «Al chilango le falta algo para estar
completo», nos dice el columnista.
«¿Nuestra conciencia está lista para cambiar esa situación de espejo que
refleja lo peor?»; él mismo responde: «No».
En sus reflexiones finales, Raphael
menciona cuatro los elementos que definen a los ciudadanos capitalinos. 1) La
rebeldía fundacional, esa que permitió que ahí donde antes había canales de
agua ahora exista, por ejemplo, Tepito; rebeldía que se traduce también en cosmovisión
contemporánea. 2) Absurdas fronteras políticas que la asfixian, falta de una visión
metropolitana que la Constitución falló en integrar. 3) Corporativismo y
estamentarismo que solapa sindicatos, mafias y crimen organizado. 4) Democracia,
la democracia es la única salida para garantizar derechos y libertades, pero que
ha sido incapaz de erradicar el arreglo de los poderes.
Eduardo
Vázquez Martín
El secretario de Cultura de la Ciudad de
México habló de la capital como una ciudad de ciudades que se han ido
hilvanando, donde es posible percibir las contradicciones propias del mundo
contemporáneo; una cuenca fantástica, suma de diversas formas de ser.
Territorio donde antes hubo agua para todos; un sitio que solía ser propicio
para sus pobladores, pero ya casi no lo es. Desde el oráculo de Huitzilopochtli,
esta ha sido una ciudad de arribo, de encuentros, de migraciones.
Para definir la actual identidad de los
chilangos es forzoso hablar lo mismo de la oposición de los movimientos
estudiantiles de 1968, que del sismo de 1985. El fenómeno natural evidenció un Estado
incapaz de responder con eficacia y prontitud, condición que convirtió la
entrada en acción por parte de la ciudadanía en pilar para el rescate, la
atención y la posterior reconstrucción; asimismo, creo conciencia sobre la
fragilidad política y la incapacidad de las instituciones, al mismo tiempo que
dio a conocer la capacidad de respuesta que ellos mismos, la gente, tenían.
Por otro lado, @VazquezMartin destaca «el fraude de 1988» como parteaguas en
la conformación de una identidad política capitalina. Años después vendría la
oportunidad de la ciudadanía para elegir su jefe de Gobierno, para participar, para
cambiar, para transformarlo TODO. La utópica y nunca alcanzada unificación de
las izquierdas fue testigo del cambio en la política a nivel nacional, cuando
el país se decantó por la centro-derecha. En materia de corrupción, el servidor
público asegura que la cultura del Partido Revolucionario Institucional (PRI)
se permeó en el PRD de la Ciudad de México.
Los gobiernos perredistas, asegura Vázquez
Martín, han privilegiado y trabajado para concretar importantes avances en derechos
y libertades de las personas (matrimonio homosexual, aborto); los desposeídos y
vulnerables fueron puestos al centro de la política, como se vio con la
universalización de derechos llevada a cabo por la administración de Andrés
Manuel López Obrador: pensiones para la tercera edad y desempleados, salud
universal en sectores desprotegidos. Así y todo, el secretario de Cultura
reconoce que no se ha podido conformar una izquierda democrática; cuestiona si estas
izquierdas, que nacieron del '85, ahora serán capaces de dar soluciones a la
ciudadanía, enmendar sus fallas.
«La Constitución de la Ciudad de México
es letra viva. ¿Será posible?», se pregunta; lo cierto es que, a la fecha, no
se ha logrado gran cosa en la lucha contra el corporativismo. Aunque destaca que
haya vida cultural para toda la ciudadanía, en una ciudad donde la calle es de
todos, pero aún hace falta aprender a convivir en ella y hacerla un espacio
seguro donde se pueda dialogar; reconoce además que hay una «pelea» por el
espacio público, hay «dueños»; mas confía en las bondades de un necesario nuevo
impulso democrático que, confía, hará de la ciudadanía la gran ganadora.
Porfirio
Muñoz Ledo
«¿Qué hacer con la ciudad? ¿Por qué se
está reinventando?», planteó @PMunozLedo. «Todo lo telúrico
genera grandes energías», y los chilangos son hijos de los sismos, sobrevivir a
ellos y reponerse los ha dotado de «resiliencia, la capacidad de reponeros a la
catástrofe». El político perredista asimismo destacó la toma de poder por parte
de los capitalinos luego de los sismos, sin que la ideología izquierdista
hubiera estado oficialmente detrás de tal acto. La Ciudad de México es ese
territorio del país donde, según Muñoz Ledo, convergen derechos humanos,
sociales, diversidad, feminismo. Ese lugar del territorio nacional donde se han
orquestado y concretado leyes y avances en lo social y en lo intelectual, donde
el derecho civil se convierte en social.
Elogió la Constitución de la Ciudad de
México, que pondera: 1) dignidad
humana, 2) derecho a un buen gobierno
y 3) la ciudad pertenece a los
habitantes; la describió como una carta de derechos (no orgánica) de cual deben
apropiarse los ciudadanos. «No es centralismo, es un salto al verdadero
federalismo: la capacidad de las entidades», aclaró. Con la autonomía de los
Estados se ganará soberanía y, en este tenor, habló de la posibilidad de
comenzar a trabajar en la Constitución del Estado de Jalisco.
Por último, en complementación de los
comentarios finales de los otros conferencistas, señaló a César Cervantes (del PRI)
como el inventor del corporativismo en la Ciudad de México. Y aprovechó para
resaltar la importancia de una constitución que garantice el derecho al
trabajo, regule las relaciones patrón-empleado y el cumplimiento de sus
obligaciones con la ciudad. Declaró que, por lo tocante a las conurbaciones,
sería pertinente hacer una sola ley federal para todas, pues «toda capital es
conurbación en México; 50% de los habitantes del país viven en conurbaciones».
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